jueves, 11 de febrero de 2016

ASPAEN GIMNASIO HORIZONTES. FILOSOFIA UNDÉCIMO. FEBRERO 11 DE 2016: LA FILOSOFIA DE IMMANUEL KANT.




¿QUE ES LA ILUSTRACION? IMMANUEL KANT 1784 

La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor par a servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón! : he aquí el lema de la ilustración. La pereza y la cobardía son causa de que una tan gran parte de los hombres continúe a gusto en su estado de pupilo, a pesar de que hace tiempo la Naturaleza los liberó de ajena tutela (naturaliter majorennes); también lo son que se haga tan fácil para otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo no estar emancipado! Tengo a mi disposición un libro que me presta su inteligencia, un cura de almas que me ofrece su conciencia, un médico que me prescribe las dietas, etc., etc., así que no necesito molestarme. Si puedo pagar no me hace falta pensar: ya habrá otros que tomen a su cargo, en mi nombre, tan fastidiosa tarea. Los tutores, que tan bondadosamente se han arrogado este oficio, cuidan muy bien que la gran mayoría de los hombres (y no digamos que todo el sexo bello) considere el paso de la emancipación, además de muy difícil, en extremo peligroso. Después de entontecer sus animales domésticos y procurar cuidadosamente que no se salgan del camino trillado donde los metieron, les muestran los peligros que les amenazarían caso de aventurarse a salir de él. Pero estos peligros no son tan graves pues, con unas cuantas caídas aprenderían a caminar solitos; ahora que, lecciones de esa naturaleza, espantan y le curan a cualquiera las ganas de nuevos ensayos. Es, pues, difícil para cada hombre en particular lograr salir de esa incapacidad, convertida casi en segunda naturaleza. Le ha cobrado afición y se siente realmente incapaz de servirse de su propia razón, porque nunca se le permitió intentar la aventura. Principios y fórmulas, instrumentos mecánicos de un uso o más bien abuso, racional de sus dotes naturales, hacen veces de ligaduras que le sujetan a ese estado. Quien se desprendiera de ellas apenas si se atrevería a dar un salto inseguro para salvar una pequeña zanja, pues no está acostumbrado a los movimientos desembarazados. Por esta razón, pocos son los que, con propio esfuerzo de su espíritu, han logrado superar esa incapacidad y proseguir, sin embargo, con paso firme. Pero ya es más fácil que el público se ilustre por sí mismo y hasta, si se le deja en libertad, casi inevitable. Porque siempre se encontrarán algunos que piensen por propia cuenta, hasta entre los establecidos tutores del gran montón, quienes, después de haber arrojado de sí el yugo de la tutela, difundirán el espíritu de una estimación racional del propio valer de cada hombre y de su vocación a pensar por sí mismo. Pero aquí ocurre algo particular: el público, que aquellos personajes uncieron con este yugo, les unce a ellos mismos cuando son incitados al efecto por algunos de los tutores incapaces por completo de toda ilustración; que así resulta de perjudicial inculcar prejuicios, porque acaban vengándose en aquellos que fueron sus sembradores o sus cultivadores. Por esta sola razón el público sólo poco a poco llega a ilustrarse. Mediante una revolución acaso se logre derrocar el despotismo personal y acabar con la opresión económica o política, pero nunca se consigue la verdadera reforma de la manera de pensar; sino que, nuevos prejuicios, en lugar de los antiguos, servirán de riendas para conducir al gran tropel. Para esta ilustración no se requiere más que una cosa, libertad; y la más inocente entre todas las que llevan ese nombre, a saber: libertad de hacer uso publico de su razón íntegramente Mas oigo exclamar por todas partes: ¡Nada de razones! El oficial dice: ¡no razones, y haz la instrucción! El funcionario de Hacienda: ¡nada de razonamientos!, ¡a pagar! El reverendo: ¡no razones y cree! (sólo un señor en el mundo dice: razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis pero ¡obedeced!) Aquí nos encontramos por doquier con una limitación de la libertad. Pero ¿qué limitación es obstáculo a la ilustración? ¿Y cuál, por el contrario, estímulo? Contesto: el uso público de su razón le debe estar permitido a todo el mundo y esto es lo único que puede traer ilustración a los hombres; su uso privado se podrá limitar a menudo estrictamente, sin que por ello se retrase en gran medida la marcha de la ilustración. Entiendo por uso público aquel que, en calidad de maestro, se puede hacer de la propia razón ante el gran público del mundo de lectores. Por uso privado entiendo el que ese mismo personaje puede hacer en su calidad de funcionario. Ahora bien; existen muchas empresas de interés público en las que es necesario cierto automatismo, por cuya virtud algunos miembros de la comunidad tienen que comportarse pasivamente para, mediante una unanimidad artificial, poder ser dirigidos por el Gobierno hacia los fines públicos o, por lo menos, impedidos en su perturbación. En este caso no cabe razonar, sino que hay que obedecer. Pero en la medida en que esta parte de la máquina se considera como miembro de un ser común total y hasta de la sociedad cosmopolita de los hombres, por lo tanto, en calidad de maestro que se dirige a un público por escrito haciendo uso de su razón, puede razonar sin que por ello padezcan los negocios en los que le corresponde, en parte, la consideración de miembro pasivo. Por eso, sería muy perturbador que un oficial que recibe una orden de sus superiores se pusiera a argumentar en el cuartel sobre la pertinencia o utilidad de la orden: tiene que obedecer. Pero no se le puede prohibir con justicia que, en calidad de entendido, haga observaciones sobre las fallas que descubre en el servicio militar y las exponga al juicio de sus lectores. El ciudadano no se puede negar a contribuir con los impuestos que le corresponden; y hasta una crítica indiscreta de esos impuestos, cuando tiene que pagarlos, puede ser castigada por escandalosa (pues podría provocar la resistencia general). Pero ese mismo sujeto actúa sin perjuicio de su deber de ciudadano si, en calidad de experto, expresa públicamente su pensamiento sobre la inadecuado o injusticia de las gabelas. Del mismo modo, el clérigo esta obligado a enseñar la doctrina y a predicar con arreglo al credo de la Iglesia a que sirve, pues fue aceptado con esa condición. Pero como doctor tiene la plena libertad y hasta el deber de comunicar al público sus ideas bien probadas e intencionadas acerca de las deficiencias que encuentra en aquel credo, así como el de dar a conocer sus propuestas de reforma de la religión y de la Iglesia. Nada hay en esto que pueda pesar sobre su conciencia. Porque lo que enseña en función de su cargo, en calidad de ministro de la Iglesia, lo presenta como algo a cuyo respecto no goza de libertad para exponer lo que bien le parezca, pues ha sido colocado para enseñar según las prescripciones y en el nombre de otro. Dirá: nuestra Iglesia enseña esto o lo otro; estos son los argumentos de que se sirve. Deduce, en la ocasión, todas las ventajas prácticas para su feligresía de principios que, si bien él no suscribiría con entera convicción, puede obligarse a predicar porque no es imposible del todo que contengan oculta la verdad o que, en el peor de los casos, nada impliquen que contradiga a la religión interior. Pues de creer que no es éste el caso, entonces sí que no podría ejercer el cargo con arreglo a su conciencia; tendrá que renunciar. Por lo tanto, el uso que de su razón hace un clérigo ante su feligresía, constituye un uso privado; porque se trata siempre de un ejercicio doméstico, aunque la audiencia sea muy grande; y, en este respecto, no es, como sacerdote, libre, ni debe serlo, puesto que ministra un mandato ajeno. Pero en calidad de doctor que se dirige por medio de sus escritos al público propiamente dicho, es decir, al mundo, como clérigo, por consiguiente, que hace un uso público de su razón, disfruta de una libertad ilimitada para servirse de su propia razón y hablar en nombre propio. Porque pensar que los tutores espirituales del pueblo tengan que ser, a su vez, pupilos, representa un absurdo que aboca en una eterización de todos los absurdos. Pero ¿no es posible que una sociedad de clérigos, algo así como una asociación eclesiástica o una muy reverenda classis (como se suele denominar entre los holandeses) pueda comprometerse por juramento a guardar un determinado credo para, de ese modo, asegurar una suprema tutela sobre cada uno de sus miembros y, a través de ellos, sobre el pueblo, y para eternizarla, si se quiere? Respondo: es completamente imposible. Un convenio semejante, que significaría descartar para siempre toda ilustración ulterior del género humano, es nulo e inexistente; y ya puede ser confirmado por la potestad soberana, por el Congreso, o por las más solemnes capitulaciones de paz. Una generación no puede obligarse y juramentarse a colocar a la siguiente en una situación tal que le sea imposible ampliar sus conocimientos (presuntamente circunstanciales), depurarlos del error y, en general, avanzar en el estado de su ilustración. Constituiría esto un crimen contra la naturaleza humana, cuyo destino primordial radica precisamente en este progreso. Por esta razón, la posteridad tiene derecho a repudiar esa clase de acuerdos como celebrados de manera abusiva y criminal. La piedra de toque de todo lo que puede decidirse como ley para un pueblo, se halla en esta interrogación ¿es que un pueblo hubiera podido imponerse a si mismo esta ley? Podría ser posible, en espera de algo mejor, por un corto tiempo circunscrito, con el objeto de procurar un cierto orden; pero dejando libertad a los ciudadanos, y especialmente a los clérigos, de exponer públicamente, esto es, por escrito, sus observaciones sobre las deficiencias que encuentran en dicha ordenación, manteniéndose mientras tanto el orden establecido hasta que la comprensión de tales asuntos se hay a difundido tanto y de tal manera que sea posible, mediante un acuerdo logrado por votos (aunque no por unanimidad), elevar hasta el trono una propuesta para proteger a aquellas comunidades que hubieran coincidido en la necesidad, a tenor de su opinión más ilustrada, de una reforma religiosa, sin impedir, claro está, a los que así lo quisieren, seguir con lo antiguo. Pero es completamente ilícito ponerse de acuerdo ni tan siquiera por el plazo de una generación, sobre una constitución religiosa inconmovible, que nadie podría poner en tela de juicio públicamente, ya que con ello se destruiría todo un período en la marcha de la humanidad hacia su mejoramiento, período que, de ese modo, resultaría no sólo estéril sino nefasto para la posteridad. Puede un hombre, por lo que incumbe a su propia persona, pero sólo por un cierto tiempo, eludir la ilustración en aquellas materias a cuyo conocimiento está obligado; pero la simple y pura renuncia, aunque sea por su propia persona, y no digamos por la posteridad, significa tanto como violar y pisotear los sagrados derechos del hombre. Y lo que ni un pueblo puede acordar por y para sí mismo, menos podrá hacerlo un monarca en nombre de aquél, porque toda su autoridad legisladora descansa precisamente en que asume la voluntad entera del pueblo en la suya propia. Si no pretende otra cosa, sino que todo mejoramiento real o presunto sea compatible con el orden ciudadano, no podrá menos de permitir a sus súbditos que dispongan por sí mismos en aquello que crean necesario para la salvación de sus almas; porque no es ésta cuestión que le importe, y sí la de evitar que unos a otros se impidan con violencia buscar aquella salvación por el libre uso de todas sus potencias. Y hará agravio a la majestad de su persona si en ello se mezcla hasta el punto de someter a su inspección gubernamental aquellos escritos en los que sus súbditos tratan de decantar sus creencias, ya sea porque estime su propia opinión como la mejor, en cuyo caso se expone al reproche: Caesar non est supra grammaticos, ya porque rebaje a tal grado su poder soberano que ampare dentro de su Estado el despotismo espiritual de algunos tiranos contra el resto de sus súbditos. Si ahora nos preguntamos: ¿es que vivimos en una época ilustrada? la respuesta será: no, pero sí en una época de ilustración. Falta todavía mucho para que, tal como están las cosas y considerados los hombres en conjunto, se hallen en situación, ni tan siquiera en disposición de servirse con seguridad y provecho de su propia razón en materia de religión. Pero ahora es cuando se les ha abierto el campo para trabajar libremente en este empeño, y percibimos inequívocas señales de que van disminuyendo poco a poco los obstáculos a la ilustración general o superación, por los hombres, de su merecida tutela. En este aspecto nuestra época es la época de la Ilustración o la época de Federico. Un príncipe que no considera indigno de sí declarar que reconoce como un deber no prescribir nada los hombres en materia de religión y que desea abandonarlos a su libertad, que rechaza, por consiguiente, hasta ese pretencioso sustantivo de tolerancia, es un príncipe ilustrado y merece que el mundo y la posteridad, agradecidos, le encomien como aquel que rompió el primero, por lo que toca al Gobierno, las ligaduras de la tutela y dejó en libertad a cada uno para que se sirviera de su propia razón en las cuestiones que atañen a su conciencia. Bajo él, clérigos dignísimos, sin mengua de su deber ministerial, pueden, en su calidad de doctores, someter libre y públicamente al examen del mundo aquellos juicios y opiniones suyos que se desvíen, aquí o allá, del credo reconocido; y con mayor razón los que no están limitados por ningún deber de oficio. Este espíritu de libertad se expande también por fuera, aun en aquellos países donde tiene que luchar con los obstáculos externos que le levanta un Gobierno que equivoca su misión. Porque este único ejemplo nos aclara cómo en régimen de libertad nada hay que temer por la tranquilidad pública y la unidad del ser común. Los hombres poco a poco se van desbastando espontáneamente, siempre que no se trate de mantenerlos, de manera artificial, en estado de rudeza. He tratado del punto principal de la ilustración, a saber, la emancipación de los hombres de su merecida tutela, en especial por lo que se refiere a cuestiones de religión; pues en lo que atañe a las ciencias y las artes los que mandan ningún interés tienen en ejercer tutela sobre sus súbditos y, por otra parte, hay que considerar que esa tutela religiosa es, entre todas, la más funesta y deshonrosa. Pero el criterio de un jefe de Estado que favorece esta libertad va todavía más lejos y comprende que tampoco en lo que respecta a la legislación hay peligro porque los súbitos hagan uso público de su razón, y expongan libremente al mundo sus ideas sobre una mejor disposición de aquella, haciendo una franca crítica de lo existente; también en esto disponemos de un brillante ejemplo, pues ningún monarca se anticipó al que nosotros veneramos. Pero sólo aquel que, esclarecido, no teme a las sombras, pero dispone de un numeroso y disciplinado ejército para garantizar la tranquilidad publica, puede decir lo que no osaría un Estado libre: ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis pero obedeced ! Y aquí tropezamos con un extraño e inesperado curso de las cosas humanas; pues ocurre que, si contemplamos este curso con amplitud, lo encontramos siempre lleno de paradojas. Un grado mayor de libertad ciudadana parece que beneficia la libertad espiritual del pueblo pero le fija, al mismo tiempo, límites infranqueables; mientras que un grado menor le procura el ámbito necesario para que pueda desenvolverse con arreglo a todas sus facultades. Porque ocurre que cuando la Naturaleza ha logrado desarrollar, bajo esta dura cáscara, esa semilla que cuida con máxima ternura, a saber, la inclinación y oficio del libre pensar del hombre, el hecho repercute poco a poco en el sentir del pueblo (con lo cual éste se va haciendo cada vez más capaz de la libertad de obrar) y hasta en los principios del Gobierno, que encuentra ya compatible dar al hombre, que es algo más que una máquina, un trato digno de él.


1. Kant, E. Filosofía de la Historia. Trad. Eugenio Imaz, México, FCE, 1994.
2 En el Noticiero semanal de Bürching del 13 de Sept., leo hoy, 30, el anuncio de la Revista Mensual de Berlín de este mismo mes, que publica la respuesta que a la cuestión tratada por mí ofrece el señor Mendelssohn. No ha llegado todavía a mis manos; de lo contrario, hubiera reservado esta respuesta mía, que ahora queda como una prueba de hasta qué punto el azar puede traer consigo una coincidencia de ideas.


HOMEWORK

1. LEA CON ATENCIÓN EL TEXTO "QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN" DE IMMANUEL KANT Y EXPRESE CON SUS PROPIAS PALABRAS EN UN COMENTARIO DE NO MENOS DE 400 PALABRAS: DE ACUERDO CON SUS CONOCIMIENTOS FILOSÓFICOS, QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN, QUÉ ES UN HOMBRE ILUSTRADO. 

NOTA: DEBE UTILIZAR LOS CONCEPTOS DE IMMANUEL KANT Y LOS DE OTRO FILÓSOFO QUE USTED CONOZCA Y LE GUSTE. 

2. RECUERDE QUE EL PLAZO PARA SUBIR SU TAREA AL BLOG ES EL MIÉRCOLES 17 DE FEBRERO A LAS 8:00 P.M.




16 comentarios:

  1. Alejandro Sossa Serna
    Grado: 11
    Respuesta: En el texto “¿Qué es la Ilustración?” Immanuel Kant realiza una exposición de su teoría moral completa. Desarrolla los principios de: “Debo porque puedo” y su imperativo categórico. Aclara muchas dudas, principalmente en lo concerniente a como se relaciona esta actitud del hombre con la sociedad, pero dejando a su vez abierta la pregunta de cómo entra a jugar la voluntad y la decisión en el proceder de una persona. Immanuel Kant expresa la ilustración como un proceso más que un periodo de la historia, considera este como la voluntaria decisión de pensar y razonar por sí mismo sin la tutela de nadie. Esto significa que las personas en ultimas no se arriesgan, no buscan nada nuevo, prefieren dejarse dominar, encajar en el mundo cuando el hombre es el animal que adapta el mundo a su manera, sin embargo, la pereza y la cobardía anulan la aventura kantiana, y se dedican a vivir en el mundo de sus tutores, a los cuales Kant culpa en parte de este ejercicio esclavizante. Sin embargo es curioso cómo encuentra dañina la injerencia ajena en el pensamiento individual, y lleva a cuestionar tanto el progreso intelectual del hombre, que en general necesita de ayuda externa para poder hacer un avance significativo, como la actividad critica propia de todo aprendizaje. Por otro lado, desde un punto de vista completamente distinto, Kant como filósofo y su imperativo categórico, son alegorías de un obrar correctamente; es decir, se invita a las personas a hacer lo que puedan hacer, lo que por lo tanto implica, y sugiere además, que dicha persona está en capacidad de dicha acción, algo debatible desde el punto de vista de las capacidades reales de la persona hacia una actividad o de su misma afición a ella, pero, en resumen, superior a estas conjeturas, que se hiciese lo que se quisiera hacer con tal de que se hiciera bien, sería el designio de Kant, y el resumen de su Ilustración. Kant no creía en los tutores, los veía de una manera tiránica, pero no desde el punto de vista de un educador sino de un adoctrinador, Kant decía que un verdadero hombre ilustrado, para llegar a ser y acoplar dicha esencia, debía ser entrenado y educado por otra persona, es decir, nunca hubo una aversión hacia la tutoría inicial, o mejor aún, la educación inicial o incluso continua, sino, una más bien extralimitación de responsabilidades, es decir, una persona no debe suplir las funciones de otra o servirla al punto que la otra no sepa ni entienda lo que hacen por ella, sino que esta, sin llegar a desarrollar todas las funciones que pudieran satisfacer su vida de hombre moderno, pues no puede ser abogado, medico, ingeniero, administrador, entre otros a la vez; si tiene la libertad de examinar y analizar lo que se hace con conocimiento de causa, con estudio previo, con argumentos sólidos, pues una discusión de creencias y conjeturas no llevaría a nada.

    ResponderEliminar
  2. Alejandro Sossa Serna

    Continuación:Por otro lado Kant llama a cuestionarlo todo, y a enfocarse en una tarea propia, más allá del reconocimiento de aquellas que también complementan su vida, buscando la excelencia en ella, siendo desenfrenado en su obrar, sintiendo gran pasión por lo que se hace, y sin llegar a imponer o cortar lazos con la tradición de dicha actividad, si entrar a cuestionarla. Por ultimo Kant no llama al hombre ilustrado a montar revoluciones ni a formar revueltas pues acabar con un sistema de pensamiento no implica que el sistema fuera incorrecto en su esencia, incluso Kant llama a la obediencia como muchos filósofos moralistas, entre ellos Sócrates, quien invita a las personas a debatir y a aprender a través del diálogo constructivo, la mayéutica socrática ha servido de inspiración a muchos filósofos y entre ellos podría afirmar que a Kant, pues el dialogo, el cuestionamiento, el análisis, la síntesis e incluso la misma disposición de discípulo que todo hombre ilustrado debe tener surge de Sócrates; así, no es necesario rebelarse, se pueden seguir ordenes, no estando de pronto de acuerdo con ellas, y así el gobierno debe entrar a ser un regulador y una garantía para que estas puedan ser expresadas y más importante escuchadas y tenidas en cuenta, pues muchos gobiernos democráticos actuales si poseen los canales de participación pero en la práctica solo es un desahogadero. De esta manera un hombre ilustrado más que un hombre libre de pensamiento es un hombre en extremo prudente.

    ResponderEliminar
  3. Daniel García Vásquez
    Once
    Ilustración
    La ilustración es empezar a pensar por sí mismo. Es dejar de vivir de los demás para llegar a ser autosuficientes. Es el uso de la razón propia. Una persona ilustrada es aquella que hace uso de su propia razón e inteligencia. El principal problema del hombre es que vive en un deseo de satisfacción de sus necesidades sin ningún esfuerzo propio, y de esta forma, vivir sin la necesidad de usar su inteligencia. La ilustración es romper esto, dejar de ser dependiente de los demás para ser un pensador propio. Es este cambio que se da, o, en palabras de Kant es “a liberación del hombre de su culpable incapacidad”. Esta culpable incapacidad es la falsa creencia de que la persona es incapaz de hacer cosas por su cuenta, por esto es culpable, debido a que es una creencia auto infundida. Como dice Kant “¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!” Empezar a pensar, dejar de ser dependientes, lanzarse en ese camino arriesgado y nuevo para saciarse con su propia inteligencia. Pero ya a la gente le da miedo dar este paso, recorrer este camino, llegando al punto de creer que son incapaces de hacerlo, que les hace falta de razón, una mentira más que se infundieron y que la adoptaron como si fuese un dogma. Para que se de esta ilustración lo mínimo requerido es la más mínima expresión de libertad, la libertad de pensar libremente. Al hacer uso de su razón personal libremente ya se está comenzando un proceso de ilustración. El problema es que esta libertad es a veces limitada, impidiendo la ilustración. Immanuel Kant habla del uso público y privado de ilustración. El uso público siempre debe tener esta libertad de pensamiento, sin embargo, el privado puede estar restringido. Esto significa que el uso público de la razón debe ser expresado con el mayor de los sentidos, o como dice Kant, con calidad de maestro, ya que este va a ser escuchado por las masas. Un ejemplo de esto es el de un estudiante quejándose por el excesivo trabajo que le ponen, el estudiante debe obedecer y realizar este trabajo ya que este es el uso privado de la razón y esta es necesario obedecer. Pero el estudiante puede defender y justificar con argumentos válidos su punto y mostrarlos a sus demás compañeros (público) o superiores para quejarse con sentido del exceso de trabajo, este es el uso de la razón pública y este es el que no debe ser restringido. Entonces el uso de razón privada es el que le es ajeno a la persona y es por el cual la persona tiene el deber de obedecer. Pero en el uso de razón público es el que la persona tiene la libertad de usar su razón para presentarla a un público.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Daniel García Vásquez
      Continuación:
      Lastimosamente durante la historia de la humanidad han existido muchos periodos en los que se intentó limitar este uso de la razón pública. La edad media fue uno de los principales periodos de opresión en los que una religión y un monarca controlaban el libre pensamiento de las personas castigándolas solo por pensar libremente. Esta época fue en completo retraso en la historia de la humanidad impidiendo una de las cosas más naturales del hombre, el uso de la razón. Pero después con la llegada del renacimiento, se permitió y se facilitó este uso de razón, por lo que dio paso al periodo de la Ilustración, donde las personas dejan de ser tan dependientes de los otros y empiezan a recorrer este camino incierto con libertad y con un completo uso de su razón. Pero aunque en la edad contemporánea tengamos total libertad de pensamiento nos restringimos, volvemos al pasado, no hacemos uso de nuestra razón. Parece que con mayor libertad, más nos encerramos. Volvimos al antiguo dogma de que somos incapaces y llegamos a la necesidad de que las personas hagan el resto por nosotros. Nos da pereza pensar por nuestra cuenta, ya que es claramente más fácil ser dependiente de los otros a ser independientes. Por esto no muchos son los ilustrados, solo aquellos que rompen la pereza y dejan los vicios para ser independientes. Es por esto que nuestro deber como personas es usar el pensamiento, la inteligencia, la razón, para de esta forma llegar a ser ilustrados.

      Eliminar
  4. Luis Miguel Vargas Arcila
    Grado: Once
    ¿Qué es la ilustración?
    La ilustración, es un proceso fundamentado principalmente en la razón y en el acto sumamente libre de la crítica; consiste en ver al mundo con ojos totalmente diferentes, sin estandarizaciones de pensamientos o un dogmatismo exagerado que para este caso ‘’corrupto’’ del saber cómo actuar y como desarrollarse en una sociedad. Como bien lo decía Kant ‘’¡Sapere aude!’’ , atrévete a saber y valerte de tu propia razón y de hacer de tu voluntad algo más que el común del pueblo, valiéndose de la premisa de pensar porque debo y porque puedo ya que el hecho de valerse por si mismo y utilizar como medio la razón , pone en tela de juicio todas las verdades que para una sociedad resultan inconmovibles , y que por lo tanto deben ser criticadas solo por el hecho de ser consideradas así , aunque considerando más afondo la expresión de la ilustración , se podría decir que es el proceso para llegar al verdadero entendimiento , ya que el hecho de tener la capacidad de pensar , difiere en la capacidad de razonar y poner en tutela de juicio absolutamente todo , pues el hecho de criticar , directamente construye , pues vale más criticar para fomentar desarrollo que callar y permanecer bajo el oculto silencio de la ignorancia. Ser independientes para poder obtener la llamada ilustración resulta de expresar al medio la razón publica como una crítica decisiva frente a la naturaleza misma de aquello que se basa en lo que no creemos como verdadero, aunque claro está, que en una sociedad donde la pereza y la ignorancia rigen sobre el modo de actuar y de manifestar la razón exime el uso de la misma puesto que vivir acosta de los demás se vuelve lo más fácil. Como bien lo decía Theodore Adorno la cultura de masas absorbe al hombre para pensar igual que el resto evadiendo los pensamientos autónomos críticos que le otorgan la libertad de poder efectuar la voluntad de su pensamiento, lo cual lleva al hombre a la inquietud de ser real o su deber de ser ideal obteniendo así que la realidad es un espejismo creado por lo inconmovible y lo ideal es aquello que se necesita para destruir los espejismos de la ignorancia e ilustrar el entendimiento humano para operar con la naturaleza del hombre . La libertad. “La ilustración derroto al mito pero ella se convirtió en si misma en mitología”

    ResponderEliminar
  5. Juan Miguel Sanchez
    Grado: Once

    Según lo expuesto en el texto anterior ¿QUE ES LA ILUSTRACION?, que habla sobre la ilustración de Kan. Según Kant la ilustración es la libertad con la que cuenta el hombre de realizar algo, pero en gran parte es un incapacidad poseer esa libertad, porque esa incapacidad se relacionan con que uno solo hace las cosas si los otros esta hay como una guía para uno y eso es malo, porque nosotros tenemos la inteligencia e posibilidad de realizar las cosas por nosotros mismo, sin necesidad de nadie más. Para sustentar esto, Kant se basa en una famosa frase suya: “Debo porque puedo”. Además de esto formo un lema muy importante para la ilustración que es “ten el valor de servirte de tu propia razón”. En si, es que nosotros hoy en día creemos que porque tenemos dinero, todos los problemas que se puedan presentar se solucionan por medio de este, por lo que nos hemos dedicado, desde ya hace mucho tiempo a no preocuparnos de hacer nada teniendo las posibilidades en nuestras mano de realizar las cosas y por no esforzarnos o mejor dicho por que nos da pereza y creer que nos hacen todo, no hacemos nada. En si lo que en gran parte lo que nos busca decir Kant con la ilustración, es que ya se nos volvió algo normal no hacer nada por nuestra propia cuenta y eso hace que ya todo mundo crea que no es capaz de hacer las cosas, que como se dice en Colombia, “uno es tapado para eso” y no es que sea así, sino que como ya es algo normal para la personas, ya la persona se siente incapaz de realizar las cosas por más de que nunca las allá intentado hacer y eso es porque nuca se usó la razón por lo que no se le ocurre algún camino o forma de sacar las cosas adelantes sin que otro lo lleve paso por paso. Pero es algo que no es imposible, cualquier persona por más duro que vea las cosas en algún momento se decide aventarse a algo nuevo para él, sea lo más mínimo pero al contar con esa posibilidad debe llegar el momento en el que uno dude o quiera darle una respuesta a algo y es ahí donde la ilustración de Kant se entra a cumplir, donde esa persona por fin después de tanto tiempo se da cuenta que puede hacer las cosas por sí mismo.

    También hay que tener en cuenta que la ilustración tiene 2 formas de usos planteadas por Kant que son la privada y la pública. La ilustración pública es aquella que no cuenta con ninguna ley o mejor dicho ninguna restricción, esto lo apoya Kant diciendo que hay cosas que se pueden decir y que pueden ayudar a más personas. Mientras la privada es aquella que cuenta con algunas restricciones, son aquellas en las cuales una persona debe obedecer, que no puede ir haciendo y diciendo las cosas así como así, porque existen unas reglas que no lo permiten. Por ejemplo en las religiones, para poder ir y decir e asegurar algo, primero se tiene que tener certezas de lo que se va decir sea cierto y no creencias falsas porque ya no se está hablando de una personas nomas, sino de la religión de muchos, por lo cual lo que se vaya asegurar tiene que pasar por distintos pasos para que se pueda decir libremente.





    En si como decimos anteriormente en la frase “debemos porque podemos”, las personas tenemos la obligación de realizar las cosas por nosotros mismos, porque si no lo que estamos es desperdiciando una habilidad que tenemos y es la de la razón y algo muy importante “LIBERTAD DE EXPRECION” que es algo que no en todas las épocas el hombre ha tenido, por x o y razones.
    En la vida hay muchas cosas que al hombre se le puede quitar como: Dinero, Poder. Pero hay una sola cosa que uno nunca le podrá quitar y es su manera de pensar, el uso de su razón.

    ResponderEliminar
  6. Jerónimo Contreras Arango
    Once

    La ilustración, la liberación del hombre de su culpable incapacidad que no es de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela o guía de otro, o en palabras más sencillas, el uso de su propia razón, será el tema a tratar.
    Quitar la pereza y la cobardía es lo primero que hay que hacer, pero como aparecen las ayudas externas porque creemos que no somos capaces solos de actuar y tomar decisiones, lo que hay que hacer de primero desaparece de la lista. Las ayudas externas brindadas por los tutores en muchas ocasiones lo que hacen es decir un único método para hacer las cosas y no en realidad lo que uno quiere, a la final la ayuda externa ya no es tan ayuda, pues no solo le muestra que hay que hacer sino que también muestra lo que pasaría si se hace lo que se quiere, que en realidad no va a ser nada grave y pues si algo, con un fracaso se aprende a ir solo, pues en la vida real las pruebas van primero que las lecciones. Claro que va a ser difícil tomar la decisión pero toca tomar el riesgo de no seguir instrucciones porque es el único que lleva a la victoria.
    Todo el mundo tiene el permiso o el derecho de usar su razón y ser diferente a los demás pero en un sentido bueno, así que seguir las instrucciones de otros no es la gran idea. Salirse de esa limitación si es gran idea, y es lo único que trae la ilustración a los hombres; pues piensen ustedes mismos qué sentido tendría que todos usáramos el mismo método, mejor dicho, que pensáramos igual, para mi ninguno pues el sentido es hacer la diferencia. Cabe mencionar que hay casos donde si hay que seguir instrucciones, que en este caso no van a ser llamadas así sino que las llamaremos obligaciones, donde no se hace lo que se quiere pues hay que saber que si se hace los demás se verán afectados; aunque obviamente también en este caso hay el derecho de la opinión o critica, lo que cambia aquí es que si hay que seguir el camino.

    ResponderEliminar
  7. Leo sean moran velasquez
    Grado: 11
    ¿Qué es la Ilustración?
    Según el texto anterior es pensar por uno mismo, no segur ordenes sin fundamento alguno, en el texto dicen que en la sociedad seguimos solo una orden y no la racionalizamos solo hacemos lo que nos piden como un creyente no cuestiona solo hace por lo que le dijeron que fuera así, como dice Kant “Sapere aude” servirte de tu propia razón, tienes que pensar de una manera total mente diferente, saber que puedes cuestionar y racionalizar todo lo que te pongan, los hombres están en un estado de pupilos todo el tiempo, recibiendo solo afirmaciones sin racionalizar, el hombre tiene que aventurarse a nuevas expectativas pensar afuera de todo no seguir en una constate ordenes sin sentido, sin racionalizar y sin tener que actuar racional mente; si el hombre siguiera afuera de su pensamiento si cambiara si diera otro paso afuera de la cueva de lo monótono sería capaz de cuestionar todo lo que le dicen. Para Kant un hombre ilustrado es aquel que se aventura a un nuevo camino a salir de la cueva y tener el valor, de con su razón, poder saber a dónde va satisfaciendo su inteligencia, tienes que atrévete a ´pensar a cuestionar a salir de una monotonía de ordenes sin un sentido alguno a racionalizar estas órdenes, como Heráclito de Éfeso dijo todo está en constante movimiento, hay que asumir que nuestro cuerpo, mundo y cosas también, el hombre debe cambiar cada día de su vida su forma de ver el mundo, el hombre ilustrado está en una constante fase de cambio de su razón, no es estático, y si lo es sus ideas y pensamientos no lo son, estas mantienen un cambio de razonamientos para poder liberar la ignorancia de su pensamiento y pasarla a la luz de la razón, Un hombre ilustrando es tremenda mente justo con todo, haciendo lo que es necesario para un bien. La razón se usa en todo y más en un mundo cambiante donde la razón humana no es estática y forman ideas más combinadas, algunos de los hombres no tiene el valor de usar la razón, no tiene la capacidad de satisfacerse de su inteligencia, no descubre, no idea, no analiza. El ilustrado es aquel que se satisface de su inteligencia y que puede analizar y observar, hace uso de la razón, la usa para no tener que seguir en el mundo de afirmaciones y de órdenes sin racionalizar. Como Heráclito de dijo nadie se puede bañar dos veces en el mismo rió porque todo está en un movimiento.

    ResponderEliminar
  8. Felipe Uribe Jiménez
    Once
    ¿Qué es la ilustración?
    Immanuel Kant, plantea una respuesta a que es la ilustración desde su punto de vista, según él, la ilustración es la salida del hombre de su menoría de edad, queriendo decir, que uno sale de la minoría de edad, cuando este se da cuenta de lo que en verdad puede hacer el mismo sin ayuda de otro. El hombre al dejar esta minoría de edad, tendrá una capacidad racional propia, haciendo así que gracias a esta lleve a cabo sus acciones, ya que las personas que no saben utilizar su razón, le temen a los riesgos y a las cosas nuevas que puedan llegar por consecuencia de sus actos, estas consecuencias, son debido a la falta de interés de la persona, ya que si la persona tuviera interés y a este se le suma la capacidad racional, se tendría una vida muy distinta a la que se tiene hoy en día, que es vivir satisfecho con lo mínimo para poder vivir satisfaciendo las necesidades mínimas con un esfuerzo mínimo. Immanuel Kant, al decir “debo por que puedo” lleva a que el hombre a través de su capacidad racional, que es desarrollada según el al dejar la minoría de edad, llevar al límite lo que es posible, haciendo así que el ser humano busque cada vez más un avance, por que este debe de hacerlo y puede hacerlo, como se ha mostrado a lo largo de los años. Según Kant, la ilustración publica, es la que no tiene restricciones, como es el pensamiento de las personas, a pesar de los problemas que se ven día a día por los distintos pensamientos de las personas, a diferencia de la pública, viene la privada, que esta tiene restricciones, ya que esta se rige bajo normas o barreras que se crean por leyes o por distintos motivos para el avance de la sociedad, un gran ejemplo, puede ser la iglesia, que esta no permite que se “manipule” la ciencia para beneficio de los humanos, sino que este sea todo por gracia de Dios. A pesar de que Kant esta en lo cierto, al decir “debo por que puedo”, en la sociedad en la que vivimos y desde hace un tiempo, esto no se puede, esto se debe a que la sociedad a llego a un nivel tal, en el que no era posible vivir, haciendo así que se crearan las leyes para regular todo lo que pasaba y restringir a las personas de hacer lo que quisieran y pudieran, teniendo como consecuencia de que si infringían una de estas, las podría llevar a pagar una pena de cárcel.

    ResponderEliminar
  9. Tomas Ocampo Jaramillo
    Primero debemos saber que es esa teoría que nos plantea Kant llamada la ilustración, la ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la ayuda de otro. Lo que pasa es que el hombre puede realizar cualquier tipo de actividad sin ayuda de otra persona, Kant expuso esta teoría con una gran frase la cual era (debo por que puedo) esta frase se puede explicar cómo una confianza de sí mismo, a que me refiero? A que el hombre puede hacer cualquier cosa que se le plazca con la ausencia de las personas. Kant nos da a explicar que el hombre deja de hacer la cosas de costumbre como trabajar por su propia cuenta y producir sus cosas con esfuerzo, esto se da por algo llamado la pereza, la pereza la madre de todos los vicios, es algo que nos está contagiando a la mayoría de personas a nivel global esta hace que las personas no produzcan osea en términos generales crea personas inútiles personas que nunca le van a servir a la sociedad. Como dice Kant “debo porque puedo” es algo que se puede tomar para bien o para mal ya que si el hombre desea tomar ese lema como un ejemplo a seguir pero en forma positiva el hombre puede seguir esforzándose cada día más para ser una persona con grandes cualidades. Si el hombre por cualquier motivo toma el “debo porque puedo” en forma negativa se va a quedar sentado haciendo absolutamente nada dejando que los demás sigan adelante y se va a quedar adaptado a que las personas que lo rodean lo sigan sosteniendo como de costumbre. Es algo en verdad que hay que saberlo controlar ya que los excesos son viciosos, existe un lema que es “ten el valor de servirte de tu propia razón” Kant expone este lema como una limitación, debemos usar nuestra propia razon para lograr el conocimiento porque si existe un medico que me dice como curarme un maestro que piensa por mi un juez que me dice que es lo justo, nunca vamos a desarrollar nuestro propio conocimiento por que otros lo están haciendo por nosotros, en general por estos casos es que la comunidad esta como esta por que muchas personas se ven con problemas y no son capaz de seguir luchando para poder arreglarlos si no que contactan a personas para que lo resuelvan por ellos.
    Hagamos nuestros propios conocimientos sin ayuda de los demás.

    ResponderEliminar
  10. Pablo Ospina Villegas
    Once

    Ilustración:
    Aunque en principio había escuchado algo sobre la mayoría de edad kantiana, que cumple con todas las características descritas en el texto (según lo que había entendido), veo que si bien es posible que mi idea de mayoría de edad kantiana no se encuentre errada, las características dichas corresponden a la ilustración como concepto propio de Kant. Aunque la época de la ilustración tiene como fin “sacar de las tinieblas a aquellos que lo necesitan, iluminarlos” haciendo referencia a erradicar la ignorancia y buscar un nivel de pensamiento alto para todas las personas, es decir, fundamentar la razón en la gente; aunque de por sí la ilustración y todos sus adornos suenen muy bonitos y con eufemismos, enredando y encaminando a todo el que a ella se refiere mediante una teoría bien planteada y convincente el fondo que dicha ideología tiene es muy grande, sobre todo por el interés en otorgar una educación e incentivar el desarrollo cognositivo de cada una de las personas. Si se hace un despliegue global de una ideología con una profundidad tan grande pero a su vez un fin tan especificó es posible encontrar que así halla marginados o excepciones la gran mayoría incrementarán, así sea un mínimo, y dominio autónomo y su conocimiento, forjando conceptos e ideas propias. Aunque empecé hablando de lo que conocía de ilustración y de mi vaga idea de mayoría de edad kantiana, la dispersión que tuve con el motivo inicial del trabajo y de esta “trama” es muy tenue, en realidad todo lo que est escrito antes me sirve de introducción, ya que su relación con el tema original como lo es la ilustración kantiana es muy grande.

    ResponderEliminar
  11. Continuación:

    El fin de la ilustración es erradicar la ignorancia y por ahí derecho la dependencia que se tiene a alguien o a algo; aunque hable brevemente de la ilustración, la ilustración kantiana no dista mucho de eso, es más, me atrevería a decir que no se aparta para nada de la ilustración tradicional, en mi opinión (que no creo ser el único que lo piensa, porque en realidad es cierto) la base de la ilustración como ideología es la ilustración kantiana ya que empieza por decir que se debe apartar por completo la dependencia a los demás, que se debe “destetar” y asumir la vida solo, no como un discípulo que molesta constantemente a su maestro; para ser ilustrado se debe tener por encima de todo valor, y se debe cumplir con una de las características del racionalismo:” debe tener plena confianza en la razón” ya que se debe independizar y guiar por sí mismo confiando en su razón, ahí es donde entra a jugar el valor, ya que independientemente que usted se sienta preparado o poco preparado, crea saber o sienta que no sabe nada, su valor y voluntad lo deben llevar a examinarse y despertar la confianza para apartarse de ese algo que lo vuelve dependiente y poder expresar su autonomía y libertad; autonomía y libertad que se ven vulneradas por la culpable incapacidad de pensar, de razonar de manera individual.
    Por ejemplo Descartes que enseñaba al pie de la letra la necesidad del uso de la razón, y en su duda metódica descartó supuestas certezas para el hombre que bajo la aplicación de la duda se veían disueltas además de ser capaz de establecer la síntesis de una oración mediante la descomposición y reformulación de está, formando un conjunto de ideas simples con una coherencia impecable, esto sin duda alguna también requiere de razón, mucho razonamiento.

    ResponderEliminar
  12. Juan Camilo Rubio
    Me parece que Kant tiene mucha razón frente a la libertad. Esta es ilimitada, pero de algún modo es limitada, y consigo la razón. Uno tiene la obligación empezar a razonar, y uno al tener el deber tiene que hacerlo, el ejemplo que da Kant en el texto, viene mucho al caso, el soldado tiene una orden pero él puede ver razones por las cuales no hacerlas, pero es una orden y debe hacerlo. La ilustración es aquello que nos saca de la ignorancia, y Kant dice muy claro que cada persona tiene la capacidad de razonar, entonces al tener la capacidad debe hacerlo. Uno debe pensar lo que quiera, pero si hay una autoridad debe de ser respetada y obedecer, pero esta autoridad no le quita el sentido de libertad a los pensamientos. El uso de la razón debe ser propia de la persona está debe tener una capacidad de “hacer” ideas, y tiene la obligación de hacerlas “funcionar”. La ilustración es aquello que libera al hombre de la incapacidad, y la incapacidad es aquello que no deja al hombre pensar. Esta lleva sujeta al hombre, y el hombre debe sacar lo mejor de él y salir de esa incapacidad y salir a “flote”, si el hombre logra dejar la incapacidad la ilustración hace su trabajo. El hombre empieza a desarrollar su estado crítico frente a la sociedad, como en opinión personal, debería ser uno, un crítico de la sociedad y hacer mejor o hacer ideas nuevas sobre cómo debería ser una sociedad que sin mentir está llena de problemas, la ilustración le empezó a dar eso al hombre esa capacidad de razonar frente a algo. Otro ejemplo que me gusto fue el del hombre que decide ser de un credo, este hombre puede ser de un credo, pero si él ve algo que no le gusta puede opinar y usar la razón para sacar a flote los defectos que ve de su credo, y como el pensamiento es libre, el hombre puede pensar lo que quiera y nadie lo podrá para. Esto lleva a preguntarse, ¿sí en un credo, no se respeta los pensamientos del hombre que tiene un pensamiento crítico, el credo se verá obligado a sacarlo?, esto lleva a pensar que toda situación de vida puede ser reducida a la razón que uno ponga en los problemas. La razón es aquello que el hombre jamás podrá perder, el hombre puede perder todos lo efectos que tiene la vida económica, sentimental... Pero jamás podrá perder la razón ya que es aquello inato que tiene el hombre desde que llega a la vida. Como ya lo e dicho si uno puede uno debe, eso lleva a pensar en un ejemplo, se sabe que la pobreza es una realidad que afronta todos los países, uno como persona (por lo menos en su ciudad), uno debe ayudar por qué puede. Ya que uno tiene un estado económico bueno y tiene estabilidad económica uno debe ayudar a las demás personas. Kant presenta a la ilustración como un proceso, no tanto como un periodo que se vio en la historia y que mucha gente vio. Kant ve a la ilustración como el proceso por el cual una persona “debe por qué puede” estas son llevadas, un salto más de su vida, Kant lo expresa como “lograr cruzar una zanja”. Kant ve como la ilustración como el proceso por el cual, el hombre llega a pensar por sí solo y logra una clase de “autosuficiencia”. La autosuficiencia es lo que se dice de cuando una persona piensa por sí sola, osea no depende de las demás personas, es aquella persona que tiene la voluntad de usar su propia razón sin adquisición de los demás. Kant critica a la sociedad con una postura de que el hombre se va volviendo más deficiente a medida de que va pasando el tiempo, uno necesita mercados para su comida, el doctor le debe de dar la dieta, entre otros (el hombre vive sin la necesidad de crear sus propias cosas, sin utilizar su razón).
    ¡Ten el valor de servirte por tu propia razón!, esto quiere decir que el hombre debe de servirse por sí solo como ya lo había dicho, uno de debe servir por su razón y dejar de depender de otros.

    ResponderEliminar
  13. Oscarjosé Arroyave Muñoz
    La ilustración es el deseo de conocer del hombre, que no esta limitado por nada ni por nadie. Ser alguien ilustrado implica poder valerse por si mismo, no depender de la tutela de otro. Vivir ilustrado implica un gran poder de voluntad y una fortaleza inmensa, para aprender de lo pasado y triunfar en el futuro.
    Muchas veces puede resultar mas sencillo depender del resto, esperar a que alguien solucione nuestros problemas; a veces nos parece necesario. Pero, en una época como esta, en la que la información se extiende de una manera tan vasta, no existe otra excusa para esperar con los brazos cruzados que la pereza.
    No hay que tener miedo a lanzarse hacia lo desconocido; hay que tenerle mas miedo a quedarse en las tinieblas, siguiendo ideas ajenas, colgando de una soga vieja, a punto de reventar, mantenida únicamente por las otras personas que cuelgan de ella; quien sabe hasta cuando; porque la ignorancia da felicidad, pero nunca duradera. Hasta cierto punto, no ilustrarse significa rechazar la libertad a la cual todos tenemos derecho.
    Probablemente la razón por la que el hombre no quiere vivir la ilustración es porque verdaderamente, desde el fondo de su corazón, cree que no sirve para nada, que solo no podrá lograr nada, que su razón es otra herramienta inútil que dejar empolvar dentro de si. Pero esto es solo porque la han dejado olvidar, no la han dejado salir para conocer lo que realmente puede hacer; porque han visto la razón como un derecho y no como un privilegio.
    Una persona ilustrada es aquella persona que asume la razón como un privilegio y la aprovecha al maximo, exprime hasta la ultima gota del potencial que encuentra en ella. Alguien quien en la vida ve soluciones en vez de preguntas. Que en un libro ve un maestro en vez del contacto a un maestro. Independientemente de la ocupacion del individuo, se le es permitido pensar, criticar, tener un punto de vista y opinar con respecto a lo que quiera. Pensar no es sinonimo de rechazar, de rebeldia o de desobediencia, sino de capacidad, de competencia.
    Estamos en una epoca de ilustracion, pero eso no implica que todas las personas sean ilustradas. Hay que abrir nuestra mente hacia lo nuevo, ayudar a que la sociedad avance, arriesgarnos a vivir nuevas experiencias, liberarnos de nuestra culpable incapacidad y llegar a la tan anhelada ilustracion.

    ResponderEliminar
  14. La illustration:
    Esteban Grisales
    El hombre ilustrado y la razon esta mas alla de lo que podemos ver y no Basta solo con las leyes esto va mas alla en la toms de desiciones hacia cualquier accion o situacion de nuestras vidas sin guiarse por leyes o atraves de una tutela o demanda exigida hacia la persona y sin pensar en la libertad para Tamar accion sobre las cosas. Todo viene sobre algo queen hacemos a Dario y de echo todo lo que hacemos parte de Tomar una desicion sin temor o pereza, lo que occurre son las variables que se le suman a esto como Ayudas externas y nosotros decidimos por miedos o simplemente por falta de conviccion hacia lo que queremos hacer falta de confianza o en mi forma de ver Es determinacion mental y pienso que nuestra determinacion mental Es lo que determine nuestra vida. Immanuel Kant plantea todo este tipo de cosas basado en un proceso de la historia en el cual sustentaba su frace " debo porque puedo" Es decir si tengo las capacidades de hacer algo debo hacerlo en el caso mas cotidiano desde mi pun to de vista Es el estudio, si puedo you tengo la oportunidad de estudiar debo hacerlo. Kant decia y proclamaba que la ilustracion o el hombre ilustrado Es el comienzo de empezar a pensar por si mismo con sus ideas y su inteligencia propia, Es ver el punto de satisfacer sus necesidades por propia voluntad Es algo de autosatisfaccion lograr o pensar y concluir cosas de nuestros propios pensamientos en diferencia a los que esperan que sus necesidades Sean suplidas por otras personas por otros ideales, como alguna vez veia un texto donde decia "el mejor consejo para cumplir nuestros deseos somos nosotros mismos porque si escuchamos el consejo de otro seria sus deseos lo que escuchemos".

    ResponderEliminar